El tren, fabricado en Australia el año 1994, operó entre 1999 y el 2003 en la ruta entre Kuranda y Sydney. En 2016 llegó al Perú (tomó tres meses traerlo por barco), donde se adaptaron los rieles, se ‘aclimató’ la carrocería de madera (operaba al nivel del mar y ahora lo haría en los Andes) y se redecoró (a cargo de Inge Moore, prestigiosa diseñadora de la compañía británica Muza Lab) manteniendo elementos originales.
Podría pensarse que un recorrido de esta categoría –dos días y dos noches entre Arequipa, Puno y Cusco– está diseñado para adultos mayores, jubilados, turistas de mucho dinero. “La gente joven viene más”, comenta sin dejar de sorprenderse Javier Carlavilla, gerente de trenes de lujo a cargo de las operaciones del Belmond Andean Explorer. Dos de los pasajeros –una pareja norteamericana– van de la mano a todas partes. Bordean los 80 años y son los más alegres del grupo. El resto de viajeros no pasa los 40 años. “Tendremos que modernizar el repertorio de los músicos”, piensa en voz alta el joven gerente cusqueño.
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